viernes, 12 de diciembre de 2014

ANSIEDAD

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Actualmente el ciudadano medio desde que se levanta va con prisas para llegar al trabajo, no sin antes pasar por el colegio y dejar sus hijos.

En su trabajo tendrá asuntos pendientes por la imposibilidad de tener al día tareas cada vez mas abusivas y por consiguiente trabajará a contrareloj.

 Llegará a casa y comerá engullendo la comida pues no tiene tiempo ni para descansar un rato en el sofá antes de la siguiente jornada.No podrá apenas escuchar la televisión pues los niños estarán protestando y llorando sin querer comer.

 Volverá a trabajar y aguantar jefes, clientes exigentes,protestas, objetivos,..y cuando vuelva a casa para descansar aún quedará algún que otro sainete en las duchas y cenas antes que los niños duerman para poder sacar al día una horita libre.

Los fines de semana cada vez son mas cortos con trabajo pendiente y tareas domesticas sin hacer.

Los niños reclaman atención y amor de sus padres que no se compensa por muchas cosas materiales que se les compre .

 Esto se repetirá un día y otro y otro y otro..hasta que la persona lo hace de un modo mecánico, sin atender ya hasta que punto esta vida acelerada le puede afectar.

A ello hay que unirle la carga emocional o psÍquica que todos arrastramos , traumas del pasado, sueños que perdimos, fracasos que nos consumen, perdida de seres queridos ,relaciones familiares conflictivas, amores no correspondidos....

Se convierte en una normalidad que creemos no nos pasará factura y cuando después de unos años tenemos problemas de salud y nos preguntan si hemos estado sometido a estrés contestamos con un NO, como si el día a día fuera poco.

Sin embargo la mayoría de síntomas físicos  que hacen deambular a muchos ansiosos de un médico a otro sin recibir explicación, no son ni mas ni menos en la mayoría de casos que las consecuencias de ese ritmo frenético.

Cuando la persona se da cuenta de que tiene que frenar un poco, ya es demasiado tarde, se encuentra peor de lo cree,y siguen  existiendo obligaciones que no puede eludir,ahora quiere una solución rápida a su problema ,pero ademas de todo lo anterior se añade un elemento nuevo, EL MIEDO, se preocupa por sus salud, por esos síntomas raros  que no sabe de que son y que le hacen pensar que es algo muy grave.

Volvemos al círculo vicioso ANSIEDAD-MIEDO-MAS ANSIEDAD-MAS MIEDO.

La persona empieza a angustiarse ,ya no sólo por el sentido de su vida, sino a preocuparse excesivamente de su salud, empieza a entristecerse y apagarse en las reuniones sociales, no le interesan las fiestas ni se ilusiona por nada, pasa horas rumiando ideas negativas y tristes sobre su pasado, lo que no debio hacer, lo que tenía que haber decidido, lo que ya se escapó de su control, lo que pueda pasar negativo a sus familiares o a el mismo,la muerte, la enfermedad que puede tener pues efectivamente se siente enfermo y ademas presenta síntomas.......

Esto que puede parecer exagerado, ocurre cada vez a mas personas que se han sobrecargado para sentirse válidas y eficientes en una sociedad en la que no se nos pide validez, sino prácticamente servidumbre.

Cuando la persona intenta salir ya es demasiado tarde , ya tiene esas obligaciones ineludibles de las que dependen sus hijos o su hipoteca o sencillamente su rol social y no puede permitirse reconocer que ya no puede con tanto.

Al final explotan en forma de depresión, les cuesta hasta levantarse de la cama y se sienten aun peor con ellos mismos, como si no hubieran estado a la altura de lo que todo el mundo hace, de una especie de listón cada vez  mas antinatural.

Por suerte el ser humano tiene un gran antídoto y ese es nuestra maravillosa mente que es capaz de sanarnos.

Por consiguiente lo primero en lo que hay que trabajar es en fortalecerla ,para una vez mas fuerte vencer uno a uno aquello que nos hundió.

Para ello en otras entradas iremos viendo aquellas principales emociones negativas a descartar y aquellas otras positivas que han de tomar su lugar.

NO DUDES QUE PUEDES SALIR DE ESTA SITUACIÓN.
REPITETELO A TI MISMO Y CONVÉNCETE.


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