¿Te has dado cuenta que cuando estamos felices o enamorados casi no comemos?
Comemos realmente lo que necesitamos porque la felicidad, ideas creativas, planes en mente, ensoñaciones o ideas positivas nos tienen sentirnos plenos y no necesitamos ningún mecanismo de compensación.
Sin embargo cuando estamos ansiosos , deprimidos , nerviosos o en estados negativos picamos compulsivamente ,comemos exageradamente o incluso devoramos la comida con una rapidez que es mala para la salud .
La solución pasa primero por darte cuenta de que lo que motiva ese hambre es una insatisfacción emocional y no física;
observa en que situaciones te ocurre generalmente y que carencias tratas de suplir con ese comportamiento.
Cuando te vuelvas a encontrar en esa situación piensa que comer no va a solucionar el conflicto de que se trate y si es necesario come pero con moderación.
En vez de centrarte en perjudicarte con un estilo malsano de vida, se consciente de hasta que punto te afecta la situación que vives y busca remedio.
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